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PROYECTO PARA LA INSERCIÓN DEL MÁS INJURIOSO Y EL MÁS CRUEL DE TODOS LOS CONSEJEROS, 2011

“La gran familia indefinida y confusa de los anormales, el temor a los cuales asediará el final del siglo XIX, no marca simplemente una fase de incertidumbre o un episodio un poco desafortunado en la historia; se formó en correlación con todo un conjunto de instituciones de control, toda una serie de mecanismos de vigilancia y distribución; y cuando haya sido casi enteramente englobada por la categoría de la degeneración, dará lugar a elaboraciones teóricas irrisorias, pero de efectos duramente reales”. Michel Foucault(los anormales)

El proyecto para la inserción del más injurioso y el más cruel de todos los consejeros, alude al lado más oscuro de la existencia cotidiana., muestra los aspectos más absurdos de nuestra sociedad. Con una estética “do-ityourself”, el proyecto utiliza múltiples formatos (dibujos,animaciones, esculturas, múltiples) está presidido por una crueldad casi infantil y una fascinación por aspectos no vinculados al mundo de los adultos, es decir, a un mundo regido por normas y convenciones. De este modo, anormales, monstruos o personajes absolutamente asociales pueblan el proyecto. Los protagonistas de este, acostumbran a ser personajes extraños, sociópatas, crueles y entrañables a la vez, que experimentan situaciones que evidencian lógicas extrañas y en las que hacen acto de presencia el miedo, las fobias, el amor, la crueldad y también la ternura. Es el caso de mugro y frixo, los desequilibrados protagonistas de una de las tres animaciones, ellos nos habla acerca de su vida, sus deseos y sus sueños. Nos cuentan la historia de una vida de excesos que le ha llevado a alejarse de la feroz competitividad de la ciudad y exiliarse en una ficción, donde conviven en sábanas y cobijas de peluche de una cama. Lo extraño se convierte en habitual, lo ordinario da paso a lo extraordinario. Encontramos un humor ineludible. Sin embargo, no se trata de un ingenio ligero y brillante, sino antes bien, marcadamente siniestro y con una inclinación hacia lo que hay de inferior en la vida.Lo que se esconde aparece en primer plano. Como los seres apelotonados de ojos sorprendidos, tres piernas, seis ojos, o lo que es lo mismo, todos los gérmenes, animalitos, basuras, restos de comida y demás elementos imaginables e inimaginables que con los años se acumulan en espacios tan invisibles, o quizás olvidados. Todos ellos son producto de la fantasía, o mejor, de la pesadilla, y evocan todo un mundo ajeno al control y a las apariencias.Los trabajos que se presentan en el proyecto para la inserción del más injurioso y el más cruel de todos los consejeros cuestionan de una manera evidente los sistemas de clasificación impuestos a los objetos por profesionales e instituciones, ahora en “batas de laboratorio” y cuidadosamente rotulados y especificados. El proyecto recolecta grandes cantidades de elementos, que quizá aparezcan poblados por un universo extraño. Nos encontramos a lo largo de la instalación, por un ejército de monstruos y otros elementos, de factura muy casera, con cuerpos de peluche y mil formas imaginables.La exposición organizó estos objetos de acuerdo con su ubicación en un laboratorio experimental junto con esquemas y tablas, clasificándolos sin mucho rigor según su tipo, en arreglos en apariencia ahistóricos y desprovistos en su mayor parte de explicación: los objetos efímeros y los dibujos aparecen al lado de una serie de animaciones y muñecos. Durante todas las etapas, el proyecto y sus asistentes, se desplazaran en un territorio de no consciencia, en el reino delo latente, de lo oculto, en un espacio asocial, en el que afloran todos los miedos, dudas e inseguridades. Se reflejan y nos reflejan en espejos cóncavos que no hacen sino sacar a la luz aspectos tremendamente humanos.

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